El artículo defiende la necesidad de comenzar a tener en cuenta el mundo del videojuego como terreno creativo con el que hacer mediación cultural y artística. Se habla, además, de la urgencia que existe a la hora de comenzar a ofrecer y recibir formación inicial y permanente que permita al profesorado entender, valorar y disfrutar el mundo del vidoejuego en toda su complejidad.