Resumen
Actualmente, la evaluación es una herramienta de rendición de cuentas más que un medio para fomentar el aprendizaje de las y los estudiantes. Esto prioriza los resultados frente al desarrollo integral del alumnado. Avanzar hacia una evaluación ética y social es urgente. Necesitamos una evaluación formadora, centrada en el aprendizaje, justa, transparente, respetuosa, adaptada, integral, responsable y compartida con las familias.