Música y cuerpo

Con este artículo nos proponemos reflexionar y compartir un encuadre de trabajo interdisciplinar que vincula las áreas de música y expresión corporal en una propuesta destinada a niños y niñas de 4 a 6 años de una Escuela de Música de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Tomando la danza contemporánea como herramienta clave para el desarrollo de cuerpos sensibles, creativos e inteligentes, se lanzan preguntas que invitan a nuevas perspectivas de pensamiento sobre la aplicación del trabajo corporal en el aula. El cuerpo en diálogo y compromiso con la formación de una ciudadanía más consciente de sí misma es la respuesta a la necesidad de un cambio de paradigma en las instituciones educativas.

La observación, entendida como herramienta de evaluación, nos permite advertir las diferencias en las formas de acceso al conocimiento de cada grupo de estudiantes. Siguiendo esta premisa, este artículo reflexiona acerca de los procesos creativos según el perfil institucional y/o vocacional del estudiante, y sobre el valor de la intervención docente en la construcción de una propuesta educativa diversa y enriquecedora.

La propuesta pedagógica que se presenta vincula la estructura formal de la chacarera con las figuras coreográficas, llevada a cabo en diferentes instituciones de Argentina en primaria. Las actividades están referidas a integrar el movimiento dancístico al género abordado, en pos de lograr una comprensión global de la danza y la música en interacción.

La educación musical, a todos los niveles, mantiene la conciencia y conexión con lo humano, con el cuerpo y su capacidad de sentir, vibrar y expresarse; de escuchar, cantar, emocionarse, comunicar y crear. A través de nuestro cuerpo, nos apropiamos de la música para vivirla plenamente, haciéndonos uno con ella, disfrutándola, escuchándola y ofreciéndola como regalo de vida.

En estas líneas se describe un programa informático creado para integrar, motivar y facilitar el aprendizaje y la interpretación de todo el alumnado en el aula de música. Este programa ayuda a ofrecer una atención más individualizada, permite vivir la música como algo divertido y formar parte de un grupo, lo que es beneficioso para todos los participantes.

Este artículo describe una experiencia didáctica que se ha llevado a cabo con estudiantes del sexto curso de primaria de un colegio público de Valencia. La profesora de música desarrolló, a través de la música y el color, una actividad práctica de carácter multisensorial para trabajar las emociones en el aula con el alumnado. Los resultados fueron muy satisfactorios.

Esta experiencia se centra en desarrollar la creatividad y contribuye a la alfabetización en los lenguajes visual, musical y gestual. Se propone una secuencia de cuatro actividades planificadas dentro de la asignatura de educación artística (música) y dirigida a alumnado de cuarto curso de educación primaria. Los resultados muestran un aumento de la motivación y el desarrollo de las habilidades sociales del alumnado.

En este proyecto, el alumnado de sexto de primaria compone una canción, la canta y la instrumenta, la graba y la interpreta en directo ante compañeros y familias. El alumnado desarrolla en grupo las competencias y trabaja multidisciplinariamente mientras que el docente actúa como guía del proceso hasta convertirse en espectador en el concierto final.